martes, 12 de marzo de 2013

PROBLEMA FILOSOFICO


LA PÉRDIDA DE LA FE EN LOS ADOLESCENTES

Es frecuente en colegios donde se imparte formación cristiana que un buen número de alumnos, cuando llega la adolescencia, dejen de practicar su fe.
El origen de este abandono no está principalmente en el ambiente que rodea a los jóvenes o en la influencia de los medios de comunicación. La causa fundamental son los propios padres de estos adolescentes, por su falta de práctica religiosa, pero es indudable que también jóvenes de familias seriamente cristianas tiene problemas de fe o se abandonan en su vida espiritual.
Aunque siempre hay excepciones, se ha observado año tras año lo siguiente:

1.      Generalmente, dejan de practicar los hijos de los padres que no practican.

Normalmente son matrimonios que conservan la fe y han buscado para sus hijos colegios católicos  pero el ambiente familiar es demasiado neutro: apenas se habla de Dios que no forma parte con naturalidad del entorno de esa familia.
A los padres compete en primer lugar la transmisión en la fe y se comprueba que delegar en otros agentes como el colegio no da resultados satisfactorios. El colegio colabora pero es incapaz de suplir la labor de los padres. Es imposible que un niño crea que es importante ir a Misa el domingo o recibir los sacramentos cuando ve que sus padres no ponen interés en ello.
Los niños oyen en los colegios: “Esto es muy importante”. Los niños ven en sus casas aunque nadie lo dice explícitamente: “Esto realmente no es importante”. Los niños concluyen: “En el colegio me enseñan la teoría pero no todo lo que aprendo es necesario practicarlo”.

2.      La fe suele estar bien arraigada en aquellos alumnos cuyos padres son coherentes con su fe y se han implicado en la transmisión de la vida cristiana.

El catecismo de la Iglesia católica nos dice que la fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe.
En general podemos decir que los jóvenes pierden la Fe por las mismas razones por la que los hombres pierden su casa y que suelen ser cuatro:
·         Porque se les desmorona o se les cae a la primera sacudida,
·         Porque la cambian
·         Porque la venden
·         Porque se la quitan.
Lo mismo sucede con la Fe. La Fe que se desmorona y la que se cae con la primera sacudida, es porque nunca fue una Fe sólida.
La pérdida generalizada de jóvenes católicos para la verdadera fe no tiene igual en toda la historia cristiana. Millones de adolescentes y jóvenes de alrededor de los veinte años de edad están dejando la iglesia católica en los llamados países desarrollados, uno tras otro.
La experiencia de Estados Unidos se ha duplicado en Europa. Grandes números de jóvenes en Inglaterra, Alemania, Francia, España e Italia están dejando la Iglesia de su herencia católica.
Nadie pierde la fe. La infalible enseñanza de la Iglesia nos muestra que una persona que ha sido bautizada como católica y que ha aprendido al menos lo básico de su religión no pierde la verdadera fe. Debemos decir que la abandona.
Los medios de comunicación modernos, “han emprendido una conspiración luciferina (relativo a Lucifer) en contra de la verdad”.
Desde la infancia, los niños están expuestos a todos los medios de comunicación. Los dueños de la comunicación no tienen mucho amor por el cristianismo. De hecho, la mayoría de ellos son abiertamente hostiles a las enseñanzas de Cristo.
Aunado a esto, los muy jóvenes actualmente están expuestos a las cosas buenas de este mundo en un grado nunca antes conocido por la historia humana. No es extrañarse que nuestros diccionarios definan como “insignificante” cualquier cosa que no pueda ser percibida por los sentidos. En estos términos, el alma humana, los ángeles y los santos, incluso el mismo Dios es “insignificante”. La oración se convierte en una práctica piadosa para las personas que viven en un mundo irreal.

¿Cómo lograr que nuestros hijos sigan siendo católicos?
Para mantener a sus hijos en la fe católica debe:
1. Ser un canal de gracia para ellos.
2. Orar con ellos y por ellos todos los días.
3. Educarlos para que entiendan lo que creen.

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